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De quién es la culpa del estrés laboral… ¿De la Empresa o la Persona?

Sólo en EE.UU. el costo de tener colaboradores “quemados” ascienden a 150.000 millones de dólares promedio al año en gastos médicos.

El desgaste de los trabajadores es un fenómeno habitual, sin embargo, muchas empresas tienden a tratarlo como un problema de gestión del talento en lugar de como un reto organizacional más amplio, lo cual es un error según un reciente artículo publicado en la revista Harvard Business Review.

Ahí se plantea que el verdadero coste para una empresa puede ser mucho mayor debido a la baja productividad, la gran rotación de los trabajadores y la pérdida de talento. Es por ello que los cargos ejecutivos y puestos que generan compromiso deben asumir la responsabilidad del estrés laboral que da paso al desgaste, como: cargas de trabajo excesivas, rutinas laborales frustrantes (que incluyen demasiadas reuniones) y apenas tiempo para el trabajo creativo. Osea, solo se pueden hacer frente a nivel organizacional  aplicando medidas correctivas para abordarlo.

Así lo señala Eric Garton, Socio de Bain & Company y autor del libro “Time, Talent and Energy”, quien remarca que cuando los empleados no son todo lo productivos que podrían ser, normalmente la culpa la tiene la empresa, no los trabajadores. Lo mismo sucede con el desgaste de nuestros colaboradores, cuando empresas con elevadas tasas de “quemados”, demuestran tres culpas recurrentes: exceso de colaboración, deficiente gestión del tiempo y tendencia a sobrecargar a las personas más capaces con demasiado trabajo.

  1. El Exceso de Colaboración: 

Es un mal común en las organizaciones con demasiados responsables y nodos de toma de decisiones, que se manifiesta generalmente en rondas interminables de reuniones presenciales y a distancia, recurriendo a la colaboración mucho más de los verdaderamente necesario.

El ejemplo más claro son los correos electrónicos, está documentado que un ejecutivo de alto nivel recibe más de 200 al día, requiriendo más de 8 horas a la semana en contestar, leer y enviar comunicaciones que ni siquiera deberían haberle llegado.

Es por ello que la digitalización resulta agotador y contraproducente para el manager, debido al cambio constante de atención entre distintas tareas. Según un estudio de Microsoft, cuesta 15 minutos volver a un proyecto importante tras una interrupción de correo e-mail.

Esto sumado a que las organizaciones poseen una complejidad innecesaria, donde no se determina qué encuentros son realmente necesarios, cada cuanto deberían celebrarse, ni cuanto deberían durar y quién debería asistir.

Siendo todos estos casos, grandes oportunidades para que los Responsable de RR.HH. puedan reducir el desgaste y mejorar la productividad con intervenciones más útiles, desarrollando enfoques más ágiles centradas en menos actividades pero más importantes y productivas.

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  1. Disciplina en Gestión del Tiempo: 

En la mayoría de las grandes organizaciones, la demanda de colaboración ha aumentado bastante más rápido que el desarrollo de herramientas, disciplinas y normas para gestionarla.

Lo más normal es que se deje en manos de los propios trabajadores averiguar cómo gestionar su tiempo, de forma que disminuya el estrés y el agotamiento, sin embargo nuestros colaboradores tienen una capacidad limitada para combatir una cultura corporativa en la que el exceso de trabajo es la norma e incluso se celebra. Además, pocos trabajadores tienen la autoridad y la temeridad necesaria para cancelar reuniones innecesarias.

  1. Sobrecarga de las Personas más Capaces: 

El volumen de trabajo para los colaboradores ha aumentado en muchas empresas, mientras las contrataciones no han seguido el ritmo que demandan los nuevos proyectos. De hecho las empresas hasta sobre valoran la implementación de herramientas de productividad y rara vez se molestan en comprobar si estas ayudan realmente al manager.

Por lo general sirven a detectar talento pero a su vez son también las principales responsables del exceso de trabajo, cuando bien podrían medir el exceso de demanda de tiempo de los mejores mandos, lo que nos permitiría re diseñar el flujo de tareas y tomar otras medidas para evitar la sobrecarga laboral.

Resumiendo, es nuestra responsabilidad devolver a las personas el tiempo que necesitan para el trabajo realmente importante ya que esto impulsará el éxito de nuestras organizaciones, generando enormes dividendos al mejorar la productividad, aumentar el rendimiento y reducir el desgaste.